El Reiki ha surgido en mi vida luego de una incesante búsqueda de mi crecimiento espiritual y en consecuencia debo reconocer que, en el proceso iniciático, desde que recibí la sintonización de mi Maestro, comenzó mi propia curación interior.
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La energía Reiki produce cambios tras las sintonizaciones, ya que quien las recibe se va modificando interiormente.
Dentro de esta diversidad, como es natural y respetable, hay personas que se les hace difícil creer en lo que no han podido ver, así como también unas que, en forma absoluta, son extremadamente fiables y dan crédito a todo.
Por consiguiente, sobre la base de las consideraciones anteriores, en lo que respecta a la energía, cabe agregar que por el simple hecho de estar vivos intercambiamos energía, todas las cosas están rodeadas de un campo energético, al mismo tiempo, todo y todos estamos íntimamente ligados. Este intercambio es inevitable y opera ininterrumpidamente a través nuestro, principalmente a nivel de pensamientos, no lo podemos negar.
Generalmente cada persona alberga dentro de sí, recuerdos negativos, es decir energía estancada que se plasma y permanece viva y fluyendo en los espacios donde se traslada el ser, este fenómeno hasta puede ser visto por personas con sensibilidad visual. Con referencia a lo anteriormente descrito, la mayoría de las personas somos capaces de detectar o percibir este proceso que trabaja a niveles superiores. A modo de ejemplo, si los ambientes están cargados con energía densa o malas vibraciones, tendemos a sentirnos incómodos.
De la misma manera, tenemos la capacidad de percibir el bienestar y la armonía en un determinado lugar o la sensación agradable con algunas personas. En efecto, en este caso, se ha producido lo contrario de lo anteriormente expuesto.
Se observa claramente que, en mayor o en menor grado de intensidad, la energía permanece en constante movimiento en diferentes grados.
Con la aplicación de Reiki, la energía se dirige y se lleva a una mejor condición a la persona que lo recibe, de una manera tan sutil que permite modificar interiormente su Ser, permitiendo transmutar las energías densas en energías que ayudan a progresar, es decir se produce un equilibrio.
Esta hermosa “terapia” está siempre disponible de forma inmediata y puede aplicarse en cualquier situación, por si solo o en combinación con otro tipo de terapias o la medicina alopática. No genera efectos indeseables y tiene eficacia comprobada hoy por la ciencia. Es ante todo, un acto consciente de transmisión energética, a través de un canal, que es una persona iniciada y sintonizada por un Maestro, que es un facilitador.
La energía viene de Dios, que es la verdadera fuente de amor, por esta razón no se detiene por falta de conocimiento, comprensión o creencia. La energía es un continuo movimiento que nadie ve, pero que transforma a cada instante a todo ser vivo, mientras permanece en este plano.
Debo expresar mi más sentido agradecimiento a Dios por haberme permitido el conocimiento de Reiki y a la vez poder practicarlo.
Marisol Garrido
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“Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros” (1Juan 4:12)