Sentir el latido de nuestro corazón, respirar y estar aquí presentes es sentir la vida dentro y fuera de nosotros, pero… ¿qué es la vida?
Esta es la gran pregunta existencial que nos despierta cierta inquietud y puede responderse de muchas formas, dependiendo del estado interno de cada ser. No obstante, desde un enfoque profundo podemos definirla como aquello que va ocurriendo en este preciso instante, este momento, donde vamos experimentando y descubriendo algo totalmente nuevo que se manifiesta en quietud y silenciosamente, detrás de este mundo compuesto por innumerables situaciones tan intensas, que no alcanzamos a percibir integralmente.
Por otra parte, la vida en si misma es una maravillosa expresión suprasensible que surge de una dimensión no palpable por nuestros sentidos ordinarios en su totalidad. Con lo anterior, cabe señalar que todo lo que se desenvuelve opera de forma magistral, pues formamos parte de este engranaje donde esta contenida una sabiduría que dota de las enseñanzas que van enriqueciendo nuestro interior, sin duda a través de diferentes medios, tanto directos como indirectos, pese a no tener plena consciencia de ello.
A esto se refería Hermann Hesse en su frase: “El sol nos habla por medio de la luz, con aroma y color lo hacen las flores, el aire con las nubes, nieve, y lluvia.”
Es por ello que, es necesario pasar por este plano siendo conscientes de cada detalle, ya que el detalle es el elemento esencial que hace que todo cobre sentido, el punto donde se conoce la autenticidad de la vida, que se compone principalmente de estos, de manera que si los dejamos escapar sin la debida atención, nos estaremos perdiendo gran parte.
La vida tiene un significado tan profundo que no es posible describirla y percibirla a cabaliad y que solo podemos vislumbrar de forma parcial, subestimando el sentido trascendental por la cual se desenvuelve. Bajo esta premisa, nos preguntaremos ¿Cuál será la forma de ir mas allá de lo que alcanzamos a apreciar? pues, la forma de obtener una visión más amplia es dejando los condicionamientos atrás y ser auténticos, a través del vehículo de la contemplación.
La contemplación nos lleva a observar con atención la realidad y a descubrir que en este preciso momento y lugar está el tesoro que todo corazón anhela encontrar, porque nos traslada a hacer parte de todo lo que existe, donde no hay pensamientos o ideas de algo y todo está fundido en una corriente de consciencia, por lo tanto, podemos observar más de lo que estamos acostumbrados, como también no nos vemos afectados por alguna situación que nos obstaculiza, ya que nos permite estar atentos a este maravilloso momento donde ocurre este fantástico milagro.
Tal vez, este paso por la tierra nos mantenga tan sumergidos en el sistema, que se nos pase tan fugazmente y no alcancemos a compenetrarnos en cuerpo y alma en este presente y ni siquiera seamos capaces de darnos cuenta que estuvimos aquí en este milenario paraíso terrenal, sin sentir lo que es, sin la observación de nuestra propia vida, de su evolución y continuidad y lo que es peor, siendo infelices por abstenerse de vivir en la conexión interior profunda, reveladora y trascendente.
Somos participes activos de un entramado cósmico, los principales testigos de una enigmática creación y aprendices de las lecciones de esta maravillosa escuela que es la vida, que no tiene otro fin que revelar el principio oculto del amor. Desde esta base podemos deducir que, bajo este cielo se desprende un paisaje que difícilmente podemos abstraernos, ante la armónica mezcla de momentos de máxima expresión, habitada por una familia humana formada desde el infinito.
Con lo anteriormente expuesto, podemos vivir la vida de acuerdo al vaivén de la superficialidad o en el vehículo de la Contemplación, ambas variables nos aportaran algo, básicamente porque la vida en si nos lleva por caminos coherentes impregnados por nuestra propia esencia.
y para ti ¿ Qué es la vida?
Por Marisol Garrido