Sólo podemos alcanzar a Dios, al Espíritu cósmico, alcanzando el espíritu en nosotros, a nuestro Yo superior.
Por tanto, comprended bien esto: cuando oráis al Señor, en realidad estáis intentando alcanzar la cima de vuestro ser.
Y si lo conseguís, desencadenáis una vibración tan pura y sutil que al propagarse producen en vosotros las más beneficiosas transformaciones.
E incluso si por esta vez no obtenéis lo que habéis pedido, al menos ganáis algunos elementos muy preciosos.
La utilidad de esta petición, está en que habéis intentado alcanzar una cima en vosotros mismos, y en que habéis podido poner en marcha una fuerza allí, muy lejos, muy arriba, que, al acercarse hasta vosotros, produce unas vibraciones de una extrema sutileza, unos sonidos, unos perfumes, unos colores, y regenera todo vuestro ser.
Omraam Mikhaël Aïvanhov
GRACIAS YO SOY