¿ Por qué es tan importante Dar?
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Cuando damos con el corazón, estamos creando hermosas causas que inevitablemente nos preparan a recibir proporcionalmente aquello que necesitamos, de acuerdo a la voluntad divina. Este es el flujo del Amor, sin duda un constante intercambio de energía.
El Ser humano es un conductor de energía y participa en este flujo que jamas de detiene, a si mismo no está exento, como las demás especies, de recibir el sustento que por Ley Divina y derecho de Conciencia le corresponde, pero que no reconoce, hasta el momento en que decide abrir el corazón y las manos al mundo.
Todo en el Universo emite reflejos de Amor. Los Maestros Espirituales que han pasado por la Tierra nos hablaron de que el Amor en su forma mas pura, incondicional y compasiva era esencial para el logro de la felicidad, la paz verdadera, la salud y la prosperidad.
Si carecemos de Amor no nos sentiremos capaces de dar, sino recibimos nada a cambio. El amor emerge espontáneamente y nos capacita para ser partícipes de grandes tesoros, cuando cambiamos la actitud que surge de nuestro ego, es en ese momento donde nos hemos abierto a las Dádivas Divinas.
Es momento de acabar con la inseguridad y con la sensación de que estamos separados de todo, comenzando a sentir íntimamente la sagrada energía cósmica como algo inherente a nosotros y fluir en el ritmo del latido universal, siendo canales puros por donde la maravillosa inteligencia obre a favor nuestro, sin impedimentos, ya que la poderosa fuerza silenciosa e invisible está presente en todo momento, esperando a que seamos conscientes de su existencia, para que por fin estemos firmemente capacitados a manejarla para nuestro propio bien.
¿Qué es Dar?
Dar es liberar a nuestro corazón retirando de nosotros la discordia, para que éste portal se abra y comience a fluir el Amor Sanador que limpie y purifique la energía discordante, transmutándola, para generar una condición pura en nuestra vida.
Dar es controlar nuestra mente, ya que los pensamientos que albergamos en nuestras mentes despiertan emociones que crean cierta atmósfera; si mantenemos sentimientos de resentimiento, odio, frustración, egoísmo, envidia y otros, las emociones fueron negativas. Las emociones positivas producen un cambio energético en el corazón y su ritmo se estabiliza cuando dominan sentimientos compasivos. Por otra parte, las emociones negativas causan malestar porque abren grietas en las capas del aura y es por donde comienzan a penetrar todo tipo de energías inferiores.
Dar es adentrarse y conocerse para realizar ajustes internos constantes y no caer en el vicio de ver toda clase de imperfecciones fuera de nosotros. El silencio es el ambiente del Espíritu, el espacio de intimidad en el que nos encontramos con el verdadero Ser que somos, aquí se encuentra el templo donde podemos acudir a concentrarnos, encontrarnos, adquirir profundidad y universalizarnos.
Si somos capaces de dar lo mejor de nosotros, estaremos en condiciones de recibir mucho bien multiplicado, por Ley.
El Flujo Divino del Amor existe y es el que organiza la complejidad de nuestros procesos de vida. La energía ilimitada, innovadora e infinita que llena cada espacio, penetrando en todas las formas vivas y sustentándolas. Todos estamos involucrados en ella, ingeriéndola en cada respiración.
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Cada día y cada instante es momento para establecer un vinculo con la Luz que habita en las profundidades de nuestro Ser, para conocer y descubrir la magnificiencia absoluta que existe en un plano donde todos podemos acceder cuando logramos sintonizar con la energía pura del Amor. Establecer conexión con el Amor nos abre las puertas del Bien, donde podemos extraer TODO lo bueno y perfecto.
Hermoso Ser, estas aquí para recibir todas las bendiciones y vivir una vida confortable, felíz y gozosa, permite que así sea.
Por Marisol Garrido
El Universo es inmenso, rico y abundante. Hay mucho para todos. Debemos aprender a dar y recibir.
Así sea!!! Amen.
Marisol querida:
Hermoso artículo!
Muchas gracias por enviármelo!
Bendiciones para ti y todos tus seres queridos!
Un abrazo de luz.
Gerson.