Al igual que en todas las actividades educacionales, es lógico asumir que debe haber cooperación entre el estudiante y el Maestro. El viejo adagio de que “Dios ayuda a quien se ayuda a sí mismo” es la verdad en esta instancia, y cuando el hombre recibe el privilegio de que le muestre el Plan Divino de Dios para la Tierra y su humanidad, sería sensato de parte de él matricularse bajo el lábaro de estos grandes benefactores y, así, ayudar a promover la evolución expedita no sólo de sí, sino de todo el planeta y sus habitantes.
¡Nuevo Libro!
Clic en tu ubicación:
El Maestro Jesús le dijo lo siguiente a Sus discípulos hace casi dos mil años: “Aún tengo muchas cosas que decirles, pero ahora no las pueden sobrellevar.”* Aparentemente los Maestros de Sabiduría consideran (según su revelación) que el hombre actual está lo suficientemente maduro como para “soportar” la Verdad Cósmica que le permitirá avanzar osadamente a través de la Puerta del Conocimiento y la Iluminación, y entrar a la Gloria y Liberación de la profetizada Edad Dorada, el tan esperado amanecer el cual está ahora mismo iluminando el horizonte en este planeta.
Por tanto, ha llegado el momento en que, de por sí, no es suficiente aceptar la existencia de los Maestros de Sabiduría; no es suficiente gratificar la naturaleza emocional leyendo y re-leyendo Sus palabras; no es suficiente invocar la Luz para disipar la oscuridad de la ignorancia humana.
LA NECESIDAD DE LA HORA consiste en APLICAR LO QUE SE HA ENSEÑADO no sólo en años recientes, sino durante los siglos pasados también. LA NECESIDAD DE LA HORA consiste en DESARROLLAR LOS PODERES LATENTES DEL HOMBRE a fin de establecer un contacto directo y consciente con estos Instructores Divinos. LA NECESIDAD DE LA HORA consiste en que el hombre se auto-familiarice con las actividades actuales de la Gran Hermandad Blanca. LA NECESIDAD DE LA HORA consiste en que cada hombre se vuelva internamente, contacte conscientemente y conecte su conciencia externa con su propio Ser Crístico, convirtiéndose así no sólo en un centro receptor sino irradiador también, para toda vida que contacte en su diario vivir. Satisfacer este requerimiento es el servicio que EL PUENTE ha venido a prestar.
El Morya