Todos conocemos la famosa frase “si quieres cambiar el mundo, empieza por cambiar tú primero”. Pero no significa que simplemente me quedo mirando mi ombligo porque el trabajo no habrá sido completo. Si cuanto aprendes, descubres, evolucionas no eres capaz de manifestarlo en el mundo ¿de qué sirve?
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A continuación se relata un sabio cuento:
Hu-Song, filósofo de Oriente, contó a sus discípulos la siguiente historia:
– “Varios hombres habían quedado encerrados por error en una oscura caverna donde no podían ver casi nada. Pasó algún tiempo, y uno de ellos logró encender una pequeña tea. Pero la luz que daba era tan escasa que aún así no se podía ver nada. Al hombre, sin embargo, se le ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás prendieran su propia tea y así, compartiendo la llama con todos, la caverna se iluminó”.
Uno de los discípulos preguntó a Hu-Song:
– “¿Qué nos enseña, maestro, este relato?”
Y Hu-Song contestó:
– “Nos enseña que nuestra luz sigue siendo oscuridad si no la compartimos con el prójimo. Y también nos dice que el compartir nuestra luz no la desvanece, sino que por el contrario, la hace crecer.”
linda reflexion
Cuanto razón
Muy motivante, gracias!
Hermosa página . quiero leer a diario y recibir estos mensajes .