Amor y Conciencia

Vivir la vida con la conciencia de quien realmente somos, se deriva de un Conocimiento Superior, que es alcanzado a medida que vamos despertando.

Cuando nos despojamos de aquello que no somos, descubrimos la pureza de nuestro ser que es nuestra Esencia Divina, entonces comenzamos a desarrollar una fuerza indestructible dentro de nosotros, porque ha aflorado la luz, la parte más bella que está ahí por siempre, silenciosamente operando y trabajando detrás de las escenas de la vida, como la conciencia íntegra que nos une a la totalidad.

Es el flujo del amor en nuestro Ser que está presente y puede sentirse como una energía de libertad, de creatividad, de bondad, de alegría, de compasión, que nunca se desanima, ni renuncia, porque su labor es contínua, jamás se detiene.

Vivir desde un estado más elevado, es un regalo celestial, que nos invita a transformarnos y reencontrarnos, para simplificar nuestra vida y vivir situaciones más edificantes, felices y enriquecedoras, ya que nos permite solo aprender de lo vivido, conectando con el más sublime llamado del corazón, con nuestra verdadera identidad y de atreverse a actuar de acuerdo a ello.

La conciencia permanece constantemente despertándonos del sueño, somos serenamente impulsados cada día a vencer nuestros límites para lograr la libertad y en aquellos instantes de gran turbulencia, es cuando debemos comprender que, dentro de nosotros, se encuentra la llave para abrir la puerta y salir al encuentro del mundo de la dicha.

Hoy quiero recordarte que detrás de los interminables pensamientos o creencias que se alojan en tu mente y la diversidad de formas que observan tus ojos, se desatan luces que un estado dormido anula constantemente e impide ver.

Todo ser humano puede escaparse de sus pensamientos, pero nunca de su corazón… y esto se debe a que en él reside la única y verdadera identidad y la conciencia que todo observa.

Quien elige ocultarse en las sombras, no ha comprendido, se ha fragmentado, apartándose del flujo armonioso del Amor, sin la plena consciencia de que se separa de si mismo, por ende obstruye su crecimiento interior y todos los innumerables beneficios que se derivan de ello.

La transformación personal es el único camino, donde uno no deja de ser algo para ser otra cosa, sino que deja de ser lo que no es, para animarse a ser lo que ya Es, un Ser Divino.

Quien permite que sus pasos no se confundan, trabaja en unidad y así conoce la senda sagrada del Amor a través de él, donde se desprende una poesía de formas de vidas infinitas, de felicidad plena, cantos alegres de su corazón y guía interna para realizar hermosos actos de belleza, cada día, en su peregrinar.

Todos tenemos algo precioso que ofrecer al mundo ahora mismo, nuestra Presencia está aquí para algo, así es, nuestra parte más íntima viene a cumplir una bella misión, para descubrirla es primordial trabajar desde el alma, crecer, progresar y lograr un cambio real en nosotros mismos, para que el Amor Divino sea conocido en el mundo terrenal a travez de cada uno.

Todos estamos capacitados para amar y servir, con la asistencia Divina y nuestra voluntad, poco a poco iremos liberando la esencia original y será momento cuando conoceremos algo maravilloso que no hemos vivenciado aún, mientras nuestra mente ha permanecido divagando.

Nuestra naturaleza es pura y real; proviene del punto de Luz, de nuestro centro corazón, de nuestro Amado Padre. Es la Chispa de Dios dentro de cada uno, que aspira a la felicidad que solo puede hallarse en la Verdad.

La vida nos brinda la gran oportunidad de conocer lo Divino en nosotros y la conciencia nos lleva a comprender, que cada una las experiencias, cada situación, no es más que el diálogo que Dios mantiene con nosotros, haciéndose presente en todo momento, iluminando nuestro sendero, sin duda, este es el regalo más grande que podemos recibir.

“Ser de Luz, encuéntrate a tí mismo, tu corazón está lleno de amor,

Crea bellos universos y sigue escribiendo tu destino que nunca tendrá fin”

Por Marisol Garrido / Ciencia Cósmica