Dicen que hace mucho tiempo cuando todo estaba creado, existían seres que habitaban en selvas y ríos que vivían en armonía, salían a buscar alimentos, pero antes pedían permiso para tomar lo que necesitaban y volvían cargados de alimentos… Confiaban en el sol, la luna y las estrellas…Ellos nunca olvidaban quienes fueron…
Las plantas son seres vivos y como tales deben ser tratadas con respeto y mucho amor.
Entre más beneficios ofrece la planta, más evolucionada es, algunas ya portan en sí el holograma sagrado.
Lo primero antes de usarlas, es entablar con ellas una relación de cuidado y afecto, son especialmente sensibles a eso y a la energía de cada uno.
Si son hierbas que vamos a recoger del campo o de la sierra, hacer de ello un “ritual”, no ir de cualquier forma y tomarlas desaprensivamente, porque así los resultados pueden ser lo opuesto a lo esperado, lo ideal es solicitar su permiso y agradecer esa dádiva que está dispuesta para nosotros para servirnos de ella.
Si sabemos ver y estamos medianamente sintonizados con lo natural, veremos crecer cerca nuestro lo que necesitamos, hasta en un pequeño jardín o en unas macetas, en realidad todo se nos da sin ninguna búsqueda, todo lo que se necesita es tener abierto el corazón.
Al utilizar una planta o hierba, hablar con su elemental, que suele ser muy poderoso, pedirle permiso para usar de sus servicios y pedirle también que nos retorne la salud y enseñe esa forma de servicio, de amor incondicional.
Lo mismo va para una huerta o para un árbol frutal…gratitud…inmensa gratitud y esa gratitud obrará el milagro.
Cuando llevamos ese amor dentro de nosotros, tanto las plantas o hasta las piedras que necesitamos, nos llaman silenciosamente, reclamando nuestra atención.
Por último recordar que todo está dentro de nosotros, que todo lo utilizado externamente como medicina o nutriente es sólo una herramienta de sanación en la que ponemos toda nuestra fe y amor.
Cuando damos un paso más allá…y nuestra entrega es total hacia nosotros y todo lo creado…ya no necesitamos esforzarnos de manera exagerada para lo externo…solo confiar en que todo Padre sabe todo lo que el hijo necesita.
Tampoco debemos centrar mucha atención en malestares, síntomas, enfermedades, etc.
Todo ha sido programado para nuestra evolución, no debemos mantener una guerra en nuestro interior, en la aceptación está la cura…estamos aceptando la vida y estamos aceptándonos a nosotros mismos, es decir a nuestra divinidad.
Namasté.
Gabriel querido:
Hermoso artículo ,Bendiciones a tu bello ser de luz y amor!
Que nuestro creador te de muchas bendiciones y la vida te traiga lo más lindo:
SALUD AMOR PAZ LUZ Y MUCHA FELICIDAD JUNTO CON TODOS TUS SERES QUERIDOS!
Te mando un abrazo de luz!
Gerson.
https://www.youtube.com/watch?v=lRZpcn3E6IU
SOMOS SERES DE LUZ.
gracias por sus bellas enseñanzas., abrazo fraterno
salud