Cuando el hombre ha superado todos los caminos de su trayectoria de sembrador del Bien, ha logrado el máximo galardón que concede la conquista de la Plenitud Interna del Ser, ya no se cataloga, como el Hombre simple, sino que, es el Hombre Pleno: el que contiene en sí mismo, todos los seres.
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– Si vive, no puede violar los Preceptos, no arrebata vidas ni haciendas, sino recibe lo que cada Ser le Obsequie por bondad del corazón.
– No despoja a nadie de sus propiedades, no tiene relaciones sexuales ilegítimas, no engaña, no abusa de las bebidas hasta la embriaguez, pues El Hombre conciente debe permanecer dueño de su conciencia, no permitiendo que se nuble su entendimiento y decidirse a lograr el Supremo Bien de Nirvana, esto es, la Eternidad.
– En cuanto a tu comportamiento en las prácticas espirituales; recuerda, La Meditación es buena mientras hay paz en la conciencia, cuando la desesperación te invade, pierdes tus energías inútilmente y el Domino Optimo que sueñas jamás llega.
Lo esencial de un discípulo debe ser primero que nada emprender la búsqueda de su propia Conciencia, Unirse con su Ser Interno y tratar por todos los medio posibles el CONOCERSE A SÍ MISMO.
Bajo ninguna forma, mis palabras, significan Mandamientos que debas acatar ni obedecer, son más bien consejos para hacer vibrar las Ideas adormecidas, de manera que haya un estremecimiento en el arca de tus pensamientos constructivos.
Algo más, lo que has de hacer, hazlo presto, naturalmente, porque así Tú lo QUIERES, no porque te haya sido impartido como un Mandamiento Divino, ni porque Tú seas un Ser privilegiado ni escogido por alguien que está permanentemente fuera de tu propio Universo.
“La manera más acertada para poder convivir con los hombres, es haciéndote apto, para Servirles, tratando de ayudarles cuando los veas demasiado cargados, levantándoles cuando les veas caídos y consolándoles cuando les veas tristes”.
El Hijo del Hombre
Ciencia Cósmica
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