¡Siéntelo! El amor de Dios es la fuerza más poderosa que existe

En el momento en que descubres que soltar las cuerdas que anudan al alma y que las atan a las creencias que nos enseñaron como verdades inamovibles se produce el proceso interno de liberación más extraordinario, la mente se transforma y va más allá de los pensamientos vinculados al ego, a lo conocido, a los miedos, a lo seguro. Cuando este proceso de iluminación se da todo trasciende, es como si nada te perteneciera y tu poder, el poder de Dios en ti se hiciera grandioso. Es como DESNUDARSE, soltarse, quitarse todo y ser uno con Dios.

La perspectiva es diferente, se trata de ver el mundo con las alas y la mente abiertas, con el corazón listo para aceptar todo lo imposible, para traspasar lo visible, para latir con la vida, comprendiendo que esta es un fluir, que no hay nada estático, que todo es relativo, que todas las cosas son parte de un proceso.

Para esto es fundamental amarse a uno mismo, permitirse errar en las decisiones, experimentar la vida, saltar al vacío, cambiar de dirección todas las veces que sean necesarias, caer una y otra vez, modificar nuestras posiciones, perdonarse, ser autocompasivo, disfrutar de la belleza y de las maravillas de la creación, no juzgarse, cuidarse por dentro y por fuera, regalarse lo mejor, ser fiel a uno mismo, en definitiva, brillar como la luz que cada uno es.

Comprender desde el amor que cada ser humano tiene su camino, hace y crea su camino, para aprender, crecer y evolucionar, sin juzgar lo que hace y como lo hace, si cometió la mayor de las atrocidades o es la más bellísima de las personas, es un estado de CONCIENCIA que te permite dar una razón que en otro momento habría sido inexplicable y que te mueve inevitablemente a abrazar el corazón y la esencia única y sagrada que el hombre es. Sólo sentir la CONEXIÓN con la esencia divina te une a la esencia de todo ser humano, todos somos exactamente iguales, exactamente maravillosos e internamente perfectos. Esta es la gran verdad que nos libera.

La gran enseñanza que manifiestan todas las religiones es que Dios es Amor, que Dios es nuestro Creador y nuestro Padre, ¿cómo no vamos a sentirnos amados por El?

El amor de Dios no se trata de que nos proteja de todas las calamidades del mundo, que haga los milagros que nosotros queremos o que no ocurra ninguna catástrofe o guerra. El amor de Dios es tan grande que vibra en el mundo como la fuerza más extraordinaria y poderosa que existe, está latente en todo, en lo visible y lo invisible, dentro y fuera. Y en el fluir de la vida, en el nacer y en el morir y en el volver a nacer, vamos experimentando nuestra propia evolución, y nuestra evolución nos lleva inevitablemente a comprender que somos Hijos de Dios, pequeños Dioses, luces para iluminar el mundo, a ser la sal de la tierra.

Somos nuestra propia resurrección y la resurrección de cada una de las ovejas del redil. Aceptar que somos perfección nos lleva a la perfección, que no es otra cosa que el AMOR VERDADERO, amar sin juicios, amar por encima de todo, sin condiciones, sobrepasando los límites, lo incomprensible. Solo de esta forma podemos reconocer el amor, sentirlo y expandirlo.

Natividad Medina de Jesús


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Un comentario

  1. Es maravilloso poder tener ests información q nos nutre y nos lleva a experimentar la presencia del Dios amado, Dios Creador. Señor sigue iluminando mi camino para recibir y entender tus milagros gracias , gracias, gracias

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