Toda corriente de vida en el sendero, tarde o temprano, llega a cierto punto en que comienza a volverse hacia la “queda y pequeña voz” dentro de su corazón. Al principio, el individuo comienza a depender de la intuición; luego, de la inspiración; y aún después, del contacto consciente que antecede a la Maestría Auto-Consciente, el logro de la cual constituye Su Liberación Divina de todo concepto humano y de toda forma humana.
Este es el punto más difícil en el Sendero Espiritual, y les pido que cuando lleguen al punto en que entran al Corazón del Silencio —donde establecen comunión con su propio Ser Divino—, sean extremadamente sensatos, alertas y cuidadosos de la respuesta que recibirán, primero que todo, de sus propios cuerpos —porque ustedes son un mecanismo complejo, un ser séptuple. Ahora, si bien la gloria de su Cuerpo Electrónico, de su Cuerpo Causal y de su Santo Ser Crístico nunca pueden llevarlos al desvío, sus cuerpos inferiores también tienen voces, conciencia e Inteligencia propias; y estas voces, esta conciencia y esta Inteligencia dentro de ellos a menudo se esforzará por servir sus propios fines egoístas a través de ustedes.
Uno de los requerimientos primordiales para la Maestría Espiritual, es el Discernimiento. Invóquenme, si así lo desean, invoquen al Amado Señor Maitreya o al gran Señor Buddha por ese Discernimiento mediante el cual puedan ustedes reconocer la Voz del Silencio. Sepan siempre que todo “soplo” que conduzca a ensalzar la personalidad, que lleve a engrandecer el ego humano de alguien, no es la “queda y pequeña voz interior” de la Presencia, sino más bien se trata de los rugidos etéricos de sus propias experiencias pasadas, de los deseos emocionales de su mundo emocional, o de los conceptos y preceptos mentales de sus vidas pasadas.
Recuerden que, en el pasado, ustedes se sentaron a los pies de muchos maestros, quienes les dieron tanto verdad como falacia, y tales conceptos están incrustados en sus cuerpos mental y emocional —así como también en su conciencia etérica—. Algunos de tales se han solidificado y petrificado, y han permanecido hibernando en ellos durante siglos. A medida que la Llama comienza a surgir a través de ustedes, estos conceptos son revivificados y salen adelante, y deben ustedes reconocerlos por lo que son—NO necesariamente la Voz de la Verdad!
A medida que se adentran en una comprensión de la Voz del Silencio, sepan que aquello que los hace HUMILDES, AMOROSOS, ARMONIOSOS y PUROS, es de Dios [nota del traductor: Lo de “Criterio HAAP” resulta de agrupar las primeras letras de estas cuatro condiciones]. Los sentimientos que estremecen dentro de sus corazones el deseo de hacer de esta estrella un Planeta de Luz, de aliviar la carga de su prójimo, de elevar a quienes sufren y padecen a la comprensión y armonía, eso es de la Luz. ¡Aquello que decrece la personalidad y aumenta el Poder del Cristo, eso es de Dios!
El llamado al Discernimiento no puede ser más elocuente.
Tomado de “Diario de El Puente-Kuthumi/Lanto/Confucio
amen
Gracias!