Invocación
¡Oh, Amada Presencia YO SOY! Divina Esencia de Luz que palpita en el corazón de cada ser, Eterna Fuente de Paz y Poder, invocamos Tu Radiante Presencia en este día. Ven, irradia Tu Gloria en estos amados estudiantes de la Luz. Que la Llama de la Contemplación les envuelva y les otorgue el Santo Silencio en el que mora la Verdad.
Amado Señor Gautama, Amado Señor Maitreya, y todos los Santos Seres de la Gran Hermandad Blanca que han sostenido la Llama de la Serenidad y la Maestría, vengan e irradien este campo de fuerza con la Suprema Paz del Gran Silencio. Que cada corriente de vida aquí presente sea envuelta en la Sabiduría de la Tranquilidad, para que la Conciencia de Dios se haga manifiesta en la Tierra.
Así lo decretamos, y así es.
Discurso
Amados estudiantes, ¿han considerado el poder que yace en la quietud? ¿Han experimentado la profunda seguridad que se encuentra en la contemplación de su propia Divina Presencia?
La humanidad ha vivido demasiado tiempo en la inercia de la actividad externa, reaccionando a las apariencias del mundo sin primero tomar el tiempo para sumergirse en la Verdad. ¿Cómo podría alguien esperar que su mente, sin haber sido templada en la Presencia de Dios, pueda sostener el equilibrio ante las mareas de las experiencias humanas?
Yo les digo: antes de toda actividad, antes de todo esfuerzo en el cumplimiento de sus propósitos de vida, la conciencia debe ser sumergida en la quietud yen el reconocimiento del Todo-Poder de la Presencia YO SOY. No es cuestión de un instante, es cuestión de permanecer y permanecer cada día en la realidad de esa Presencia, hasta que el alma misma quede impregnada de Su Verdad inmutable.
¿No ven, amados, que cada día que ustedes se levantan y caminan en la atmósfera de este mundo, están rodeados por la acumulación de siglos de creaciones humanas? ¿No ven que los pensamientos, las vibraciones y las sugestiones externas, como un oleaje persistente, buscan hacer tambalear la seguridad que el alma ha ganado?
Si los Maestros Ascendidos mismos—quienes han vencido el mundo—practican la contemplación y el fortalecimiento de su conciencia en la Luz antes de desarrollar cualquier actividad, ¿cuánto más deben hacerlo aquellos que aún transitan el camino hacia la Ascensión?
¡Amados, no subestimen este principio! Yo les aseguro que quien dedica tiempo a la contemplación de la Presencia, a la adoración de la Luz dentro de sí, se convierte en un ser inamovible por las creaciones humanas, en un foco de poder todopoderoso en la Tierra. No importa qué se le presente, la Llama en su corazón se mantendrá incólume, porque ha sido reforzada con la seguridad de que Dios es el único Poder en acción.
Ustedes, que desean manifestar la Perfección, deben cultivar el Silencio Interno. Antes de salir al mundo, antes de desarrollar cualquier acción, hagan su llamado a la Presencia YO SOY y luego sumérjanse en la Presencia. Si así lo hacen, nada podrá conmoverles, ni en pensamiento ni en sentimiento. Ninguna apariencia podrá distraer su atención, porque la conciencia estará totalmente impregnada de la Verdad.
No piensen que esto se logra en un día. La mente humana, habituada a la dispersión, necesita ser entrenada. Pero si perseveran, llegará el día en que, sin importar lo que sus sentidos externos perciban, nada podrá sacudir su convicción de que la Luz es la única Realidad.
¡Oh, amados estudiantes! No dejen que la prisa de este mundo les robe el más grande de los regalos: el contacto con su Propia Divinidad en la quietud de su ser. No se lancen a la acción sin haber antes establecido en su interior el ancla de la Paz. No es bueno tratar de ejercer un control mediante la compulsión de sus sentimientos, sino de permitirle a su propia Presencia YO SOY asumir el control de ustedes mediante la quietud y contemplación. El Poder de la Presencia YO SOY solo puede descargarse plenamente en aquellos que le otorgan el tiempo y la devoción que merece.
El Maestro Jesús pasaba horas en comunión antes de salir a prestar su servicio de redención para el mundo. Lord Gautama, antes de alcanzar la iluminación, se sumergió en la meditación profunda hasta que toda apariencia de separación se disolvió. Los más grandes Seres que han caminado la Tierra han hecho de la contemplación el cimiento de su Maestría. ¡Sigan su ejemplo!
Y así, les dejo este recordatorio:
“YO SOY la Quietud Divina en la Luz.”
“YO SOY la visualización de Maestro Ascendido.”
“YO SOY la Eterna Luz de la paz.”
Que cada uno de ustedes haga de la quietud un hábito, de la contemplación una alegría, y del Silencio un santuario donde la Presencia pueda hablarles directamente. Así se vivirán cada día en la Luz.
Bendición
¡Oh, Amada Presencia YO SOY! Sella en cada corazón la Paz inquebrantable del Gran Silencio. Que cada uno de estos amados estudiantes se convierta en un Pilar de Serenidad, en una Llama de Contemplación donde la Luz de Dios resplandezca sin cesar.
Que la Sabiduría de los Maestros Ascendidos les envuelva y les guíe. Que la Llama Dorada de la Iluminación brille en sus conciencias, y que la Gran Paz del Santo Ser Crístico descienda sobre sus mentes y sentimientos.
¡Sean libres en la quietud! ¡Sean fuertes en la contemplación! ¡Sean la Perfección del YO SOY!
Así lo decretamos, y así es, eternamente sostenido en la Luz del YO SOY.
Gabriel Silva