LA DISPONIBILIDAD INCONDICIONAL ES UNA VIRTUD QUE TODOS POSEEMOS, PERO POCOS SABEN USARLA.
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Quien pierde la posibilidad de estar disponible incondicionalmente se convierte en un títere sujeto a las circunstancias externas y no a la propia capacidad de expresar los valores internos voluntariamente, además de colocar frenos al flujo de la abundancia del universo.
Analicemos entonces, la principal de las suposiciones humanas que interfieren con la entrega incondicional de los valores y las virtudes, las cuales se convierten en serios impedimentos para que los hombres puedan acceder libremente a la prosperidad, a la felicidad y a la paz del espíritu. Son restricciones mentales muy arraigadas en nuestra cultura y que bloquean la disponibilidad incondicional.
1. Hemos aprendido que hay que dar sin recibir nada a cambio
Esta es una más de las restricciones mentales provenientes de la cultura. Dar todo sin esperar nada, no es amar, es cerrarse a recibir la abundante corriente de prosperidad que el universo tiene dispuesta para todos los seres, sin excepción alguna. Si nada se recibe, tampoco hay nada para dar. Quien se niega a recibir, no podrá servir. El servicio siempre deberá estar retroalimentado, por eso no podemos cometer el error de pensar que incondicionalidad significa no recibir algo a cambio, sin retroalimentación. En el universo, para que fluya la vida, todo deberá estar justamente recompensado. Para servir es necesario tener con qué hacerlo, y alguien que se niegue a recibir no tendrá los elementos necesarios para prestar su servicio, y si los tiene, tarde o temprano se le agotarán.
Ref: Libro: Ven danza con prosperidad; Nueva Humanidad
CONTINUEMOS TRABAJANDO PARA ENCONTRARNOS CON LA UNIDAD.
Indudablemente….somos uno con el universo!!