El que busca la vida, la perderá y el que la pierda, la encontrará

“El que busca la vida, la perderá y el que la pierda, la encontrará.”

En el camino de la vida, muchos buscan un tipo de felicidad que no encuentran y pierden la fe y la esperanza,  llegando a creer que han venido aquí a conocer el dolor.

No hay seres que en un momento determinado de su historia, no vieron perdido algún tesoro preciado, no hubo alguno que no tuvo fuerzas, que no encontró motivos para avanzar, que no encontró un significado de su vida.

Para ningún Ser, Maestro, hombre, mujer, humanidad ha sido fácil surcar este sendero, pero todo ha sido planificado perfectamente para comprender que, este paso temporal, no ha sido diseñado para ir detrás de una satisfacción imaginada.

Entonces, sabio es aquel que, en vez de enfocarse en su dolor, observa solamente el estado divino de su corazón, que desprendido de los apegos de la vida, permanece resplandeciente y latiendo sobre las turbulencias de las aguas, pese a que tenga que atravesar las mas duras pruebas.

El hombre camina confundido por mucho tiempo, de un lado a otro, sin saber a donde se dirige, mientras la Luz teje para él un manto de paz duradera. Mientras su vida se ve atrapada, un rayo de sol llega a una flor.

Entonces el hombre sigue un camino torcido, pese a que tiene una llama silenciosa, en su corazón, esperando iluminarlo.

Este paso por la tierra es un camino espiritual y reside en el Templo de tu vida, acompañada de tu corazón, recordándote que eres iluminado a cada instante, cuando crees estar perdido como un niño.

La importancia del sendero reside en cada paso del caminante; más tu camino da sentido a tus pasos, mientras no eludas el latido de tu pecho.

El discípulo verdadero jamás se detiene ni se da por vencido, porque sabe que su corazón lo guía hacia su luz y viene a estar atento a él, observando y sabiendo que no vino a buscar nada, ya que esta aquí para formar un arcoíris de Luz en los espacios infinitos del Absoluto.”

Este es mi sentir, es lo que me habla mi corazón y sencillamente lo comparto contigo.

Marisol Garrido.