“Somos seres espirituales viviendo una experiencia humana perfecta,
no seres humanos intentando vivir una experiencia espiritual“
Todos en la vida venimos con un propósito elevado, crecer, cambiar, expandir nuestra conciencia y dar un paso firme en nuestro proceso evolutivo. Entonces la vida se torna en una escuela en la cual aventurarse para aprender y crecer; y no en una experiencia tortuosa que crea sufrimiento y malestar.
Tu vida es perfecta, porque todo lo que has vivido ha sido necesario para que llegues hasta donde te encuentras ahora, y decidas tomar el camino que estás iniciando ahora, o posiblemente ya hayas iniciado, el camino de regreso a casa, de regreso a tu autentico poder, de regreso a tu divinidad y magnificencia, y puedas reconocerte como tal.
A la medida que vayas avanzando en el trabajo te será más sencillo reconocerte de esa forma, reconocer la verdad de Quién Tú Eres; pero vamos a dar un vistazo al porqué estás viviendo lo que estás viviendo hoy.
Primero, como ser espiritual, tú tomaste la decisión de vivir ésta encarnación, nacer a través de esos padres, en ese país, en esa raza y vivir la experiencia dolorosa que te tocaba vivir para poder cambiar, avanzar y así evolucionar. En este punto, antes que protestes, quiero adelantarme y decirte que muchos objetan diciendo que nunca hubieran tomado la decisión de vivir “eso”, “eso” para todos es distinto. Pero posiblemente en tu humana personalidad te sea difícil comprenderlo hasta que consigas mirarte y mirar el mundo desde tu Yo Superior, ahí comprenderás perfectamente todo.
Al tomar la decisión de nacer en esos padres, casi sabíamos como consiguiente cuál iba a ser nuestra infancia, periodo clave para programarnos de cierta forma y recibir las enseñanzas necesarias para crear el dolor interno que nos impulse a buscar los cambios en nuestra vida de adultos, y para algunos ya en la adolescencia, una etapa donde ya muchos buscan esos cambios.
La búsqueda del cambio se inicia como una alternativa para sentir esa armonia o bienestar y eliminar ese dolor interno, esa desazón y recibe aún más impulso cuando viene acompañado por la claridad mental que es guiada por el corazón, claro que para cada uno esto también es distinto. Las dificultades que vivimos hacen que el impulso a buscar los cambios sea mayor.
Tomar la experiencia de la vida ya es una bendición, pero tenemos que hacer el intento de comprender que nuestra naturaleza esencial es la eternidad y que solo tomamos esta vida como paso para crecer, cambiar, liberarnos de nuestras limitaciones y oscuridad, adquirir virtudes y elevarnos hacia el amor y la luz.
Es muy cierto que cuando la vida trae consigo dolor, sin excepción para todos, es parte del plan divino, puesto que solo así podemos ser movidos para hacer los cambios que necesitamos, cambios que son necesarios para poder manifestar la vida que añoramos, cambios que son también necesarios para ir avanzado en nuestra perfección y retornar a casa, la eternidad.
La vida siempre nos presenta dificultades, dificultades que tienen que ser miradas como grandes oportunidades para cambiar, crecer, expandirnos. Si no aprendemos de esas dificultades que se nos presentan o renunciamos a luchar sintiéndonos víctimas, la vida nos entrega nuevamente nuevas dificultades, experiencias dolorosas para que al fin decidamos vivir un proceso de cambio y expansión.
Es por eso que es tan importante el acto de tomar conciencia de que la vida es simplemente una gran aventura, donde encuentras a cada paso la oportunidad de cambiar, de crecer y de expandirte, es lo que la hace interesante y maravillosa.
Solo entonces cambia completamente la forma como miramos la vida y nuestra presencia en ella, cuando nos damos cuenta que cada dificultad, cada experiencia dolorosa, cada contratiempo es solo una invitación al cambio, cada experiencia que contiene oscuridad es una oportunidad de iluminar más nuestro camino.
Aprendamos a mirar nuestra vida desde nuestra divinidad
Cuando observamos nuestra vida desde una comprensión y un entendimiento elevado, cada persona, cada suceso, cada experiencia que causa dolor o satisfacción cobra sentido, puesto todo es perfecto, todo está en lugar y momento correcto para cumplir con el plan que hemos venido a ejecutar. Así que cuando observes alguna experiencia en tu vida que te cause dolor, cuando alguna persona forme (temporalmente) parte de tu vida e igualmente te cause dolor, no te frustres, pues es un excelente momento y oportunidad para avanzar, crecer y cambiar; solo pregúntate, pregúntale a tu Maestro Interior, a esa porción de la Magnificencia del Cosmos que habita en ti.
¿Qué tengo que aprender de esta experiencia?
¿Qué tengo que aprender de ésta relación?
¿Qué tengo que dejar ir?
¿Qué tengo que cambiar?
¿Qué nuevos recursos personales debo incorporar?
Y sumérgete al cambio, libérate, transfórmate y crece.
Buscar cambiar no significa no aceptar tu vida, no aceptarte a ti mismo, más al contrario, significa reconocer que eres algo mucho más grande que tu humana personalidad, es un acto de real valentía, sabiduría y conexión con tu Fuente.
“Ama tu negatividad, es tu invitación al cambio“
La mayor parte de las personas no se encuentran totalmente a gusto con su vida, o por lo menos ven claramente la necesidad de realizar un cambio en alguna parte de ellas. Esto es normal, es parte del proceso que debemos seguir en nuestra evolución espiritual. De repente aparece un cosquilleo en nuestro corazón y nace la necesidad de ir en busca de algún tipo de ayuda, explicación o camino a seguir.
Son tres áreas en las que normalmente tenemos dificultades en nuestra vida, éstas son nuestras relaciones, nuestro cuerpo y nuestra prosperidad.
Cuando tenemos dificultades en nuestras relaciones, éstas se presentan atrayendo a nuestra vida personas que nos critiquen, menosprecien, abusen de nosotros, etc. Y esto se ve en nuestras relaciones más importantes, nuestra pareja, familia, compañeros de trabajo, amigos. Simplemente reflejan lo que yace en nuestro interior.
Cuando tenemos dificultades en nuestra prosperidad, manifestamos en nuestra vida escasez y aunque no empeñemos en tratar de cambiar ese aspecto, buscando nuevos empleos, trabajando horas extras, estudiando más, lo único que hacemos es seguir manifestando la misma escasez que yace en nuestro interior.
Y por último, cuando manifestamos alguna enfermedad, aunque sea un simple resfrío, es la expresión más directa de que en nuestro mundo interno existe desarmonía. De hecho, en cualquier dificultad que exista en los dos aspectos anteriormente mencionados, también veremos la expresión de desarmonía en nuestro cuerpo.
Es entonces cuando la vida nos pone a prueba y aparentemente nos envía conflictos para solucionar, simplemente estamos teniendo una nueva oportunidad para realizar los cambios que tenemos que concretar, tenemos que cambiar porque cambiar es evolucionar. Y a veces pensamos que para que nuestra vida sea perfecta, o por lo menos un poquito mejor de lo que es ahora deberían cambiar otros, los de afuera, mi pareja, el vecino, mi jefe, los clientes, mis padres, los hijos, etc. Pero al final siempre uno llega al mismo descubrimiento, es uno mismo quien debe cambiar primero para ver luego reflejado esos cambios en el mundo exterior.
“No cambiar es pretender no evolucionar”
Entonces podemos afirmar que cuando alguna dificultad se nos presenta, es una bendición, porque simplemente nos invita a cambiar y a mejorar ampliamente nuestra vida. Y cuando realizamos algún tipo de cambio interior, por muy pequeño que éste sea podemos ver claramente cambios significativos en nuestro mundo exterior. La relación de los cambios al parecer son exponenciales, cambios pequeños en nuestro mundo interior producen cambios a mayor escala en nuestro mundo exterior.
Ya podemos comprender perfectamente que cuando tenemos esas dificultades en las distintas áreas de nuestras vidas son entonces una simple invitación al cambio, una invitación a mejorar y a crecer. Una invitación a evolucionar.
Antes de que nosotros naciéramos a esta vida, a esta encarnación precisa, estábamos en Espíritu y aunque te cueste creerlo nosotros decidimos venir a esta vida y vivir ese tipo de dificultad precisa que hoy estamos viviendo. Es más decidimos quienes iban a ser nuestros padres, decidimos sobre nuestra raza, nuestro estrato económico, nuestra nacionalidad, hasta nuestro cuerpo.
Yo sé que en este momento estás pensando de ¿por qué hubieras tú elegido vivir esa dificultad, esos problemas, esa enfermedad, esa escasez, etc.? Era el paso que te tocaba dar para avanzar.
Cuando tu decidas hacer los cambios de forma consciente y voluntaria empezarás a fluir con el Poder que proviene de nuestra Fuente y sin darte cuenta, ni con mayores esfuerzos los cambios se irán dando poco a poco y entonces verás suceder milagros en tu vida.
Cuando tú estés listo tu guía o maestro perfecto para ti aparecerá, por el momento escucha tu interior, ahí radica tu sabiduría.
¿Está arraigado en ti el ímpetu de cambio y superación? ¿Qué te impide lograr tu libertad?
Bien dicho Carlos, así es 🙂
He aprendido que Amando es como realmente progresamos.
El significado de una vida verdadera es amar al prójimo. Así te volverás tolerante,misericordioso,abandonarás el egoismo y darás sentido a tu vida.