La intención como actividad espiritual
Amados estudiantes de la Luz, toda manifestación en el mundo de las formas comienza con una intención. Cada pensamiento, cada palabra y cada acción llevan impresa una dirección, un propósito, una cualificación. Pero no toda intención produce resultados perfectos, porque no toda intención nace desde el centro corazón de la Presencia YO SOY.
Los Maestros Ascendidos enseñan que una intención verdadera no es simplemente un deseo o una visualización. Es un impulso consciente dirigido por el Santo Ser Crístico y sostenido por la armonía en los sentimientos. Cuando un estudiante desea sinceramente expandir el bien, servir a la Luz, y manifestar la Perfección de Dios en su vida y en la de otros, esa intención entra en el Reino de lo Real. Pero si ese deseo nace del temor, del apuro, de la competencia o de la necesidad personal, no puede sostenerse en la Ley.
El impulso de toda manifestación constructiva es la armonía. Toda intención que no esté impregnada de paz y confianza en la Presencia se debilita. Por eso, antes de declarar una meta, el estudiante debe detenerse, aquietarse, invocar el gobierno de su Presencia, y asegurarse de que el impulso no proviene de su personalidad, sino del Cristo Interno.
El decreto diario que sostiene toda intención es:
“YO SOY el sentimiento, el pensamiento, la palabra y la acción de la Perfección de Dios, ya manifestada”.
La ciencia espiritual de sembrar una intención
Cuando el estudiante ha aquietado sus cuerpos inferiores —especialmente el emocional— y ha invocado la Luz de su Presencia, entonces está en condiciones de proyectar una intención consciente.
Los pasos que siguen son una aplicación elevada de la enseñanza original, adaptada completamente al lenguaje y principios de la Presencia YO SOY.
1. Aquietar los cuerpos inferiores y establecer contacto con la Presencia
El estudiante comienza su aplicación diaria con armonía, invocando a la Presencia y visualizándose envuelto en su Tubo de Luz y la llama violeta. A medida que se aquieta el cuerpo físico, el etérico, el mental y el emocional, surge la paz interna. Solo desde esta paz puede nacer una intención pura.
2. Hacer el llamado a la dirección divina del Santo Ser Crístico
No se determina una meta sin antes consultar a la Divinidad Interna. El estudiante afirma:
“Amado Santo Ser Crístico, revélame el propósito perfecto que debe cumplirse ahora. Dirige mi atención hacia aquello que debo precipitar para mi mayor bien y el todos.”
3. Formular la intención en nombre de la Presencia YO SOY
Una vez que el impulso ha sido percibido, el estudiante lo sella con una afirmación:
“YO SOY la manifestación perfecta de esta intención en orden divino, bajo gracia de Dios y en armonía.”
4. Liberar la intención con gratitud
Se suelta con gratitud: “Gracias, amada Presencia YO SOY, porque siempre respondes a mi llamado.”
5. Mantener la armonía en los sentimientos durante el día
Cada vez que se vuelve a pensar en la intención, debe hacerse con alegría, sin duda, sin tensión. Si aparecen inquietudes, el estudiante afirma:
“YO SOY la armonía invencible en mis sentimientos, que sostiene mi creación hasta su manifestación completa.”
La manifestación se sostiene con ritmo, fe y silencio interno
El poder creador de una intención no depende del esfuerzo humano, sino del grado de armonía con que se mantiene. El estudiante no necesita controlar los “cómos” ni los detalles. Su tarea es mantener la paz, aplicar la Ley, y sostener el ritmo diario de su llamado. El resto es obra de la Presencia y de la Ley Cósmica.
Toda intención pura que se sostiene con ritmo, se cumple. Los Maestros lo han afirmado una y otra vez: la energía responde al llamado, pero solo permanece si se le mantiene el cauce armónico y constructivo. Por eso, no basta con decretar. Se debe vigilar el pensamiento durante el día, sostener la paz del corazón, y rechazar todo lo que contradiga la afirmación hecha.
No se deben compartir estas intenciones con quienes no están sintonizados con la Luz. El silencio protege la semilla. Solo cuando la manifestación esté madura, será evidente. Hasta entonces, el estudiante sostiene su intención como un jardín sagrado en su conciencia.
Y así, paso a paso, día a día, con ritmo, pureza y devoción, cada estudiante se convierte en un verdadero creador de Perfección. No por deber, sino por amor. No para su gloria, sino para gloria de la Luz.
Yes ,,, let the universe conspire in my goals !!!