Todos en la vida venimos con un propósito elevado, crecer, cambiar, expandir nuestra conciencia y dar un paso firme en nuestro proceso evolutivo. Entonces la vida se torna en una escuela en la cual aventurarse para aprender y crecer; y no en una experiencia tortuosa que crea sufrimiento y malestar.
LA AVENTURA DE LA VIDA
Tomar la experiencia de la vida ya es una bendición, pero tenemos que hacer el intento de comprender que nuestra naturaleza esencial es la eternidad y que solo tomamos esta vida como paso para crecer, cambiar, liberarnos de nuestras limitaciones y oscuridad, adquirir virtudes y elevarnos hacia el amor y la luz.
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Es muy cierto que la vida trae consigo dolor, pero es parte del plan divino, puesto que solo así podemos ser movidos para hacer los cambios que necesitamos, cambios que son necesarios para poder manifestar la vida que añoramos, cambios que son también necesarios para ir avanzado en nuestra perfección y retornar a casa, la eternidad.
La vida siempre nos presenta dificultades, dificultades que tienen que ser miradas como grandes oportunidades para cambiar, crecer, expandirnos. Si no aprendemos de esas dificultades que se nos presentan, la vida nos entrega nuevamente nuevas dificultades, experiencias dolorosas para que al fin decidamos vivir un proceso de cambio y expansión. Es por eso que es tan importante el acto de tomar conciencia de que la vida es simplemente una gran aventura, donde encuentras a cada paso la oportunidad de cambiar, de crecer y de expandirte.
Solo entonces cambia completamente la forma como miramos la vida y nuestra presencia en ella, cuando nos damos cuenta que cada dificultad, cada experiencia dolorosa, cada contratiempo es solo una invitación al cambio, cada experiencia que contiene oscuridad es una oportunidad de iluminar más nuestro camino.
MIRAR NUESTRA VIDA DESDE NUESTRA DIVINIDAD
Cuando observamos nuestra vida desde una comprensión y un entendimiento elevado, cada persona, cada suceso, cada experiencia que causa dolor o satisfacción cobra sentido, puesto todo es perfecto, todo está en lugar y momento correcto para cumplir con el plan que hemos venido a ejecutar. Así que cuando observes alguna experiencia en tu vida que te cause dolor, cuando alguna persona forme (temporalmente) parte de tu vida e igualmente te cause dolor, no te frustres, pues es un excelente momento y oportunidad para avanzar, crecer y cambiar; solo pregúntate, pregúntale a tu Maestro Interior, a esa porción de la Magnificencia del Cosmos que habita en ti ¿Qué tengo que aprender de esta experiencia?, ¿Qué tengo que aprender de ésta relación?, ¿Qué tengo que dejar ir?, ¿Qué tengo que cambiar?, ¿Qué nuevos recursos personales debo incorporar? Y sumérgete al cambio, libérate, transfórmate y crece.
Buscar cambiar no significa no aceptar tu vida, no aceptarte a ti mismo, más al contrario, significa reconocer que eres algo mucho más grande que tu humana personalidad, es un acto de real valentía, sabiduría y conexión con tu Fuente Divina.
Alejandra Plaza
BUENOS TEMAS ,AYUDAN A REFLEXIONAR