Nuestra verdadera identidad | Marisol Garrido

Por: Marisol Garrido

¿Quién mora dentro de cada envoltura humana?

¿Qué es lo primero que percibimos cuando nos adentramos en nuestro interior?

¿Por qué no nos reconocemos?

¿Por qué cuando nos miramos a nosotros mismos no vemos quienes somos?

La respuesta es…Porque nos resistimos.

Pocos son los que se atreven a interiorizarse y aceptar quienes son realmente.

Nos vemos limitados ante esa Grandeza que mora día y noche dentro de nosotros mismos y sencillamente no aceptamos esta bendita verdad, con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma. Nos resistimos y  extrañamente actuamos en base a lo que somos realmente.

Cuando nos reconocemos estamos reivindicando nuestro verdadero Origen, cuando nos rechazamos estamos ocultándonos y dejamos de ser unos verdaderos seres espirituales negando nuestra propia Divinidad. Entonces la hermosa Luz comienza a desvanecerse y en vez de ayudarnos, nos ciega y nos detiene, y toda esa iluminación que podría ser aprovechada para crecer, para expandirnos, para amar verdaderamente; se transforma en un espejismo para nuestra mente.

Reconocernos nos eleva y nos conduce al mayor bien jamás imaginado.

Tú, que te has acercado a la verdad y luego te negaste a verla, vuélvete con humildad y reconócete,  lo que hasta ahora creías oculto se te mostrará ante ti. Mírate. Acepta esta hermosa revelación que se te ha presentado de infinitas formas.

Lo que es inaceptable para tu mente, tu propia luz lo llena de contenido, porque el contenido es TODO, y la forma es NADA.

Ya es momento de la Verdad, aquella que cobra sentido, aquella que no hemos sido capaces de aceptar, NUESTRA VERDADERA IDENTIDAD.

Todos los esfuerzos que haces por conquistar tu libertad, todos los esfuerzos que haces por alcanzar la felicidad es por no reconocerte.

AHORA es la oportunidad de hacer prevalecer aquello fundamental que mora en ti porque tu anhelo de Amor y tu Corazón lo grita.

¡Somos unos Hermosos Seres hechos de sustancia Divina que vestimos como humanos!

YO SOY LA PRESENCIA DIVINA

Meditemos y profundicemos cada una de estas palabras.

Por Marisol Garrido