Hace 30 años, cuando escribí por primera vez sobre la conexión cuerpo-alma, había investigaciones convincentes sobre los beneficios de una práctica de meditación diaria. Poco a poco comenzó a penetrar en la conciencia de la gente que si meditaban podían esperar que cosas buenas les pasaran, hablando desde efectos físicos como disminuir la presión sanguínea, hasta efectos mentales como por ejemplo un sentimiento de paz interior. Actualmente estos efectos positivos se han expandido exponencialmente. Se podría decir que la meditación es la clave para una transformación personal.
Cuando te sientes a realizar tu primera meditación, por favor no esperes que suceda algo. Esto parece ser una paradoja para muchas personas, estamos acostumbrados a tener expectativas. De hecho, es casi imposible el vivir sin expectativas, esperamos ser amados en nuestras relaciones, confiar en nuestros amigos, sentirnos seguros en nuestros hogares. La meditación, sin embargo, debe tener un enfoque distinto. Es como tener una cita a ciegas con nosotros mismos, en la cual nos reuniremos con nuestra propia mente, en donde sea que ésta se encuentre en ese momento.
La manera más común en que una persona establece las bases para sentirse decepcionado con la meditación, es asumiendo por anticipado que sabe cómo funciona la meditación. Por ejemplo, has escuchado que la meditación ayuda a silenciar la mente, y cuando no obtienes este efecto y tu meditación parece estar llena de pensamientos constantes, te sientes decepcionado. Una de dos: Sientes que has fallado, o piensas “la meditación no funciona para mí.” Ninguna de estas dos aseveraciones es correcta en la gran mayoría de los casos.
Como Estar Presente
La expresión budista que habla de que no podemos poner el pie en un río en el mismo lugar dos veces, aplica a nuestra mente. Existe un flujo diario de sentimientos, sensaciones, pensamientos e imágenes que llenan la mente de manera impredecible. Éste es el río en el que te paras cuando cierras los ojos para meditar. Lo que sucede después, no es igual a nuestro pensamiento cotidiano. No estás preparándote para relacionarte con el contenido de la mente, sino para experimentar la conciencia en sí misma.
En las tradiciones espirituales de las cuales nace la meditación, se observó el hecho de que la mente se encuentra más tranquila de manera natural cuando nos despertamos por la mañana o cuando nos dormimos por la noche. En estos momentos de silencio natural, te sientes presente y en el momento presente, sin embargo, no hay nada en particular en tu mente. Si es de mañana aún, no has comenzado a pensar sobre el resto del día. Este simple momento de conciencia puede durar solo unos cuantos segundos y probablemente ni siquiera lo notarás hasta que alguien te lo haga ver. (Para alguien que se encuentra pasando por un periodo de estrés, la mente con ansiedad generalmente trabaja horas extras, por lo tanto, no existe ningún momento en que no esté pensando).
Los antiguos maestros y sabios de la India, observaron este espacio aparentemente en blanco y lo exploraron. Lo que ellos descubrieron fue que la aparente vacuidad de una mente silenciosa, realmente no estaba vacía. Era la fuente de todas las posibilidades. Con una exploración más profunda, encontraron un campo de potencial creativo que trascendía la vida cotidiana. Mientras nuestra atención actualmente es principalmente dirigida hacia los beneficios de la meditación para el cuerpo y la mente – los cuales son bastante asombrosos – los antiguos sabios se enfocaban en la libertad y la dicha que podían lograrse a través de la dedicación y la práctica.
El alcance de las meditaciones es tan vasto, que de hecho nadie puede anticipar de manera realista que va a pasar. En el Centro Chopra hemos realizado estudios que demuestran la velocidad a la que la meditación comienza a influenciar el cerebro, e inclusive, la expresión de nuestros genes. Desde las primeras etapas de la práctica e incluyendo la primera vez que una persona medita, comienzan a ocurrir cambios.
Qué Sucede Durante la Meditación
Para explicar cómo esto sucede sin expectativas, se requiere de una pequeña explicación. Piensa en tu mente como si fuera un río en continuo movimiento, en la superficie, el río fluye con mayor velocidad, y su flujo es alterado por olas y corrientes. Pero si te sumerges a mayor profundidad, las olas desaparecen y la corriente tiene menor fuerza. Finalmente en el fondo, donde el agua se encuentra con el cauce del río, la corriente puede estar casi inmóvil. La mente es así, sin embargo nos identificamos sólo con la superficie, siempre activa y en rápido movimiento. Lo que yace en el fondo no puede ser accesado a través del pensamiento. Debes permitirle a tu mente buscar su propio silencio, para regresar a su propia fuente.
Esto sucede, porque la mente en sus niveles más profundos, es de hecho la mente más poderosa. En silencio, cada célula de tu cuerpo está recibiendo mensajes del cerebro que no dejan rastro alguno de nada de lo que estás pensando. Nadie sabe cuál es el origen del pensamiento o como nuestra conciencia se relaciona con el cúmulo de células que constituyen el cerebro. La actividad química y eléctrica del cerebro, cuando son examinadas bajo un microscopio o a través de un escáner cerebral, no revelan nada acerca de cómo es creada nuestra percepción del mundo tridimensional.
Esto significa que el dominio de la mente bajo la superficie, es un misterio. Es a través de la meditación que abres las puertas a ese misterio, y la única actitud apropiada es no tomar actitud alguna. Toma la meditación como viene. Esta es la regla para cualquier meditación, no sólo para la primera. Sin embargo, si haces esto en tu primera meditación, estarás en el camino correcto para un viaje fascinante. Por más interesantes que sean tus pensamientos, sentimientos y sensaciones, la conciencia es más interesante, porque no es nada menos que la matriz de donde nace la creación misma.
Que explicación más interesante, es buenísima ni más ni menos es lo que nos sucede. Gabriel muchas gracias.
Cuales son los pasos a seguir para empezar un programa personal de meditación?
Torkom Saraydarian autor de La Ciencia de la Meditación, nos dice que para poder meditar es necesario que no estemos cansados, de ser así, lo más recomendable es descansar, dormir hasta no sentir ninguna clase de agotamiento. Si meditas acostada, siéntate, si te empieza a dar sueño sentada ponte más al filo de la silla para obligarte a sentir un poco de incomodidad y mantenerte despierta, así hasta que logres mantener la concentración. Mantén la espalda y la cabeza derechas en todo momento. A veces cambiar el lugar de tu meditación también ayuda, si meditas en un lugar donde hay energías densas, cámbialo por un lugar más limpio y aireado.
Lo que a mi me sucede es que me termino quedando dormida, que puedo hacer?