La Gratitud, una formula poderosa de felicidad

La gratitud es estar en sintonía con la vida, es reconocer todo lo que tengo.

La GRATITUD es un sentimiento que se ubica en el nivel más alto en la escala emocional junto con el AMOR. El nivel vibracional que emite la persona en estado de GRATITUD es altísimo, por consiguiente atrae experiencias, personas, situaciones y oportunidades que le permiten permanecer en el mismo estado.

Quiero decir que al situarnos en ese estado tan poderoso, emitimos vibraciones de una frecuencia tan alta que atraemos más razones para seguir agradecidos.

Muchísimas veces no somos conscientes de las bendiciones que tenemos en la vida, enfocamos nuestra atención a lo que no tenemos, no nos gusta o nos incomoda y ponemos toda nuestra energía en las cosas negativas que vemos, emitimos vibraciones de baja frecuencia y densas; y hacemos que esto crezca.

Si al contrario, ponemos atención a todo lo bueno que tenemos en la vida, AGRADECEMOS al Universo, a la Fuente o a Dios por tantas bendiciones que experimentamos; permanecemos en un estado constante de GRATITUD, ponemos energía en todo lo positivo que hay en nuestra vida y hacemos que este bienestar perdure y crezca.

El sentimiento que acompaña al estado de GRATITUD, emite una vibración de alta frecuencia, lo que lo hace poderoso.

Muchas personas podrían preguntarse, ¿pero qué voy a agradecer yo, si no tengo, esto, esto y esto otro…?

Seguro que sí tenemos algo en la vida por que agradecer. Por estar aquí en este mundo experimentando vida, el latido de nuestro corazón, respirar el espíritu de Dios, ser origen de lo Divino, y que poseemos un poder que desconocemos, que además está funcionando ahora mismo, el alimento que tenemos cada día, etc.

Desde donde nos encontremos en este preciso momento comencemos, hagamos una lista hasta donde podamos por todo lo que queremos agradecer en la vida, repitamos el ejercicio mañana, pasado; no importa si repetimos las mismas razones por la que decidimos permanecer en estado de gratitud. Verás las maravillas y milagros que creas en tu vida por ese poderoso estado de GRATITUD.

Cultivar el agradecimiento, gradualmente te lleva hacia el estado mental de la felicidad y plenitud, pero ¿a quién agradecerle?, cuanto debo agradecer?, ¿con que frecuencia puedo hacer uso de la gratitud?

Para contestar estas preguntas, me permito sugerirte lo siguiente:

 

GRACIAS A TI

Antes que nada, dale gracias, miles de gracias, millones de gracias al Ser que tú eres. Ya seas mujer, hombre, niña, niño, anciana, anciano, Alguna vez pasó por tu cabeza el darte las gracias por todo lo que te has permitido vivir, de reconocer que existes. Te agradeciste cuando abriste los ojos por primera vez al mundo, agradeciste que puedes ver reflejada tu imagen en todo lo que ves, te agradeciste por tu capacidad de amar, en tu vida has pasado por muchas situaciones que debes agradecer el haberlas vivido y sentido.

GRACIAS A DIOS

“Estad siempre gozosos.” “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios.

Dale Gracias a Dios, a tu propio Dios, nómbralo como lo nombres. Es tu Dios, tu propia idea y representación de Dios. Es un agradecimiento de reconocer la Divinidad que habita en todas las cosas. La actitud de agradecer nos conecta con nuestra verdadera esencia, nos permite ver el lado bueno y maravilloso que es existir.

GRACIAS A LOS DEMÁS

Agradecer a todas las personas que hayan hecho posible tu estancia en esta tierra, eso incluye desde tus padres, los que te cuidaron, tus maestros, tus amigos, tus enemigos y todos los que han construido tu vida, lo que eres hoy, los que te prestan un servicio, en fin a todas esas personas que hacen posible tu estancia en esta tierra.

Eso significa que el ejercicio de practicar la gratitud, debe tener una prioridad muy alta en tu vida, si eres consciente de esto, tendrás mucho que agradecer desde hoy hasta el día en que te marches de aquí, pues es una forma de ser consciente que tu paso por aquí fue un milagro para solo agradecer.

   

La práctica de la Gratitud

Practicando el arte de la gratitud estas reconociendo la importancia real en tu vida, conseguirás lo que todo mundo anhela encontrar: La felicidad en plenitud para ti y los tuyos.

Nuestra actitud se refleja en nuestros pensamientos e intenciones, nos conduce hacia una visión más positiva de nuestras posibilidades, nos pone en contacto con nuestras fortalezas y nos llena de energía, nos “abre puertas” que normalmente no podríamos valorar y nos enfoca en lo que realmente es importante.

Si deseamos salud, amor, bienestar, paz y abundancia en nuestra vida entonces agradezcamos con amor y fe y así el Universo se manifestará en todo lo que necesitamos para vivir en plenitud como lo merecemos.

Cuando somos conscientes de todas las bendiciones y regalos que recibimos cada momento, la gratitud se vuelve un hábito diario:

– Podemos hacerlo diariamente con cada palabra, cada pensamiento y cada gesto.

– Aunque tengas una lista de necesidades y deseos, pregúntate de qué dispones ya de lo que puedas sentirte agradecido.

– Busca las cosas de tu vida que despierten tu gratitud, aunque al principio te parezcan insignificantes.

– Pronto comenzarás automáticamente a sentirte optimista y dichoso.

– Haz una lista de agradecimientos y mira cómo va creciendo. Concéntrate en la abundancia que hay ahora en tu vida, no en las carencias.

– Ve tu vida completa, plena, y mantén esa visión. Afírmala. Llévala a cabo. Conviértela en realidad. No tienes que buscar nada fuera de ti, porque llegará sin buscarlo.

– Tú eres el Universo, contenido en su propia perfección.

– Asume la actitud, aunque no la tengas, y será tuya.

– Se puede expresar gratitud en cualquier momento y en cualquier parte. Para hacerlo basta con tomar conciencia de la propia respiración.

– Mientras inspiras, imagínate la conciencia universal atraída hacia el centro de tu Ser simultáneamente desde todas direcciones.

– Retén el aliento unos instantes mientras te permites disfrutar de una sensación de plenitud e integridad.

– Cuando espires, extiende tu plenitud interior, tu alegría y tu abundancia a todo lo que hay en tu vida y en el mundo.

– Ve a todas las personas a la luz del amor universal mientras trabajas y caminas junto a ellas.

– Haz que tus palabras sanen en lugar de herir.

– Considera con amor y gratitud a todas las personas de tu vida (sobre todo aquellas con quienes has tenido dificultades en el pasado o las tienes ahora).

– En todas partes y con todas las personas, sé un canal espontáneo para el amor incondicional.

– Encarna la paz que te gustaría ver en el mundo.

La gratitud es una actitud de la mente y el corazón. Nace de mi interior y fluye por todas las partes de mi alma, esa energía se expande y vuelve a mi multiplicada para solo recibir y agradecer.


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