Comunicarte: Un Compromiso con los Tuyos

Es indudable que el núcleo familiar ocupa un lugar prominente en la escala de prioridades de la gran mayoría de los seres humanos, porque dedicamos gran cantidad de tiempo a pasar nuestra vida en familia; lo hacemos como hijos primero, luego como esposos y finalmente, como padres.

El hogar siempre ha sido el espacio a donde llegamos y a donde regresamos; es el entorno que nos acoge si estamos enfermos o si necesitamos consejo; es el símbolo del amor y la paz, de la comprensión y el apoyo.

http://conocimientouniversalomnipresente.files.wordpress.com/2014/07/familia-2.jpgMuchas veces damos por sentado que esta situación nunca cambiará y por ello no prestamos la debida atención a nuestras relaciones familiares. Olvidamos cultivar la armonía, la unión y la comunicación entre sus miembros. ¿Por qué si la familia ocupa una prioridad tan alta en nuestras vidas, nuestras acciones no siempre se orientan a darle solidez a esta unión? ¿Cuántos minutos a la semana crees tú que pasa el padre promedio conversando en términos cordiales con su hijo? Diversos estudios indican que sólo emplea alrededor de cinco minutos semanales conversando con sus hijos en “tonos normales”.

Todos estamos de acuerdo en que compartir nuestro tiempo con los hijos tiene un gran valor. Entonces ¿por qué dedicamos tan poco tiempo a dicha actividad?

La razón por la cual la comunicación con nuestros hijos es casi inexistente es porque ésta no es apremiante; no la percibimos como urgente, a menos que exista un problema que exija nuestra atención, porque pensamos que ellos siempre estarán allí, a nuestro lado y eso nos da la certeza de que podemos hablar con ellos en cualquier momento. Tendemos a posponerlo porque no sentimos ninguna urgencia y porque no existe una circunstancia apremiante que demande una atención inmediata.

¿En qué momento el padre se acerca a su hijo para preguntarle si tiene algún problema? Probablemente cuando ya es tarde y no puede hacer nada por él. Aún cuando no podemos establecer patrones generales de comportamiento frente al tema de la comunicación con la familia, es triste observar cómo, a pesar de la gran importancia que tiene, no le damos la prioridad que se merece. Nuestras acciones diarias muestran que ésta no es una actividad que tenga la misma urgencia de otras.

Muchas acciones que son de gran importancia para nuestro éxito personal no nos están acosando constantemente para que las realicemos. Ellas están ahí, esperando que nosotros tomemos la decisión de actuar. ¿Cuánto tiempo semanal de conversación ininterrumpida hay entre esposo y esposa? Varios estudios informan que el promedio es de 27 minutos de conversación continua. ¿Es vital hacerlo? Es altamente probable que todos pensemos que si lo es, pero ¿es urgente? En realidad no, porque todos suponemos que la esposa o el esposo -como los hijos- siempre va a estar ahí y podemos comunicarnos “después”

La falta de comunicación, posponer el diálogo para un momento ’más apropiado’ es uno de los factores que más influye en las elevadas tasas de divorcio de las parejas. Su distanciamiento proviene en gran parte de la comunicación pobre entre ellos; de tener expectativas irreales acerca del otro y del matrimonio y de olvidar los pequeños detalles que fueron los responsables del acercamiento y la atracción inicial.

Revisa cómo es la comunicación con tu pareja y con tus hijos. Recuerda que comunicarte no es hablar. Muchas veces lo que necesitan de ti es que los oigas, que te intereses por sus necesidades, que preguntes por sus deseos, que interrogues sobre sus sueños y, en síntesis, que estés dispuesto a compartir los mejores momentos y los más difíciles.

Dr. Camilo Cruz

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